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sábado, 30 de abril de 2011

Convencidos del Amor de Dios

Es curioso ver como nosotros los creyentes tenemos a veces la dificultad de comprender que el amor de Dios por nosotros es inagotable.
Como hijos de Dios, debemos mantenernos firmes en la fe y creer que Él nos ama. Por supuesto, habrán ocasiones en que nuestra mente carnal por las situaciones a nuestro alrededor tratara de convencernos de que Dios no nos quiere, por que talvez no actúa con la rapidez o la forma en que queremos pero debemos renovar nuestra mente con la Palabra de Dios constantemente, donde nos encontremos siempre con pruebas de su infinito amor.
No importa quién seas o lo que hayas hecho en tu vida, el amor de Dios es incondicional y no cambia. No permitamos que el enemigo nos bombardee con culpa y condenación. Él enemigo trata de persuadirnos de que el amor de Dios en nuestra vida es condicionado y esto es una mentira. Usted y yo no hicimos nada para ganar el amor de Dios y nada de lo que usted o yo hagamos así seamos los pecadores más grandes del mundo podrá lograr que Él nos ame menos

Él es amor (1 Juan 4:16) y a diferencia de la gente, Su punto de vista con respecto a nosotros nunca cambia, usted y yo somos sus amados, la niña de sus ojos.
La Biblia declara:… que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente ni lo por venir, ni lo alto ni lo profundo, ni ninguna cosa creada, es capaz de separarnos del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro ” (Romanos 8:38, 39).
Dios nos acepta y ama como somos, aunque no se complace de nuestras obras malas. Sin embargo, para que Él nos lleve a mayores niveles en la vida, a veces nos tiene que corregir. Al igual que cualquier buen padre, no hay cantidad de errores o pecados que un hijo cometa que pueda deshacer el amor de ese padre. Dios es igual y siempre abrirá sus brazos hacia nosotros.
¿Cómo puedo obtener una revelación del amor incondicional de Dios? En primer lugar, la Palabra de Dios revela su amor por nosotros. Él nos ama tanto que Él hizo su amor por nosotros oficial al ponerlo por escrito en su Santa Palabra y Su Palabra nunca fallará. Cada promesa descrita en la Biblia es un reflejo de su amor y al leer las historias de los grandes hombres y mujeres en las Escrituras vemos que cometieron errores, tropezaron y algunos cayeron a menudo: pero el amor y misericordia de Dios siempre estaba esperando para llevarlos de vuelta a Él.



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